"La dificultad no está tanto en desarrollar nuevas ideas
como en conseguir escapar de las antiguas."
John Maynard Keynes.
Hablar de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ha hecho una actividad común dentro de cualquier escenario o foro de discusión empresarial, lo que nos ha permitido ver con satisfacción cómo la comprensión del concepto y su alcance han venido evolucionando dentro de una visión mucho más amplia, asumiéndola como una cuestión cultural, un modo de actuar y de entender la interrelación de la empresa con su entorno social, económico y medioambiental, lo que necesariamente debe motivar la reflexión sobre el verdadero papel a ser asumido por todos los actores que intervienen en ella.
Estamos totalmente de acuerdo en que la dinámica empresarial no puede mantenerse aislada de la realidad social que le rodea, que se hace necesario conjugar las actuaciones, los requerimientos y las responsabilidades de todos los interlocutores sociales, estando atentos a los cambios y consolidando las relaciones entre los stakeholders, pero bajo la premisa de que todos son necesarios, de que se necesitan mútuamente para poder lograr la "integración social corporativa" de la que nos hablaban Michael Porter y Mark Kramer en "Estrategia y Sociedad". No puede plantearse un escenario de RSE en donde sólo uno de los actores mantenga una posición de dominio, o sustentado en un esquema de "suma cero" en donde el logro de sus objetivos signifique necesariamente la anulación de los otros actores, lo que conllevaría a la profundización de las diferencias sociales, creando importantes brechas y comprometiendo negativamente la consecución de las metas del desarrollo sostenible, dentro de un nuevo enfoque de negocios inclusivos que permita mantener operaciones productivas y económicas rentables, de alto impacto social y medioambiental, sujetas a principios éticos, de transparencia y de rendición de cuentas entre todos los actores.
Esta apreciación está particularmente referida a nuestros países iberoamericanos, en donde las principales diferencias en los niveles de desarrollo y de gestión de la RSE tienen mucho que ver con las realidades y condiciones del entorno en el que se definen las políticas de integración social, muchas veces más orientadas hacia los intereses y/o parcialidades políticas, hacia la adopción de esquemas populistas o asistencialistas que propiamente hacia la promoción de esfuerzos por lograr una verdadera cohesión de todos los sectores, que asegure un verdadero y sostenible bienestar social.
No podemos pensar en un esquema de RSE en donde el sector público, o cualquiera de los otros interlocutores sociales, se planteen como objetivo el debilitar la capacidad de producción de las empresas, erosionando sus capacidades competitivas y amenazando su propia existencia; los programas sociales y los esquemas alternativos de participación deben verse como elementos estratégicos del proceso de desarrollo económico y social, pero no como antagonistas. Un verdadero esquema de "integración social corporativa" está basado, precisamente, en la suma de las partes, en el aprovechamiento de sinergias, pero no en la división, se trata más de complementar estratégicamente todos los esfuerzos hacia la consecución de una mejor sociedad, mucho más justa e inclusiva.
Unas líneas para la reflexión...
5 comentarios:
No puedo estar más de acuerdo, la RSE no puede atentar a la sostenibilidad del negocio a corto, mediano o largo plazo. Es una paradoja absoluta, así como las políticas de RSE, no deberían sustentarse en programas que no sean sostenibles, porque eso, al igual que pasa con el área de Marketing, ante la primer crisis será dado de baja.
Lindo dilema, me gustó el post, justo cuando estoy por largar un programa dentro de nuestras acciones de RSE.
Muy buen post... Totalmente de acuerdo en cuanto a la adopción de esquemas populistas o asistencialistas, muy comun en varias empresas.
Por ejemplo, algo extremista, Cualquier empresa o emprendimiento que quiera ser seriamente socialmente responsable no puede pensar en solo “dar” lo que sobra (como lo hacen la gran mayoria de las empresas hoy en dia) sin animos de critica, eso no es RSE. Eso es donar algo que ya para la empresa no tiene casi valor. (Sin tener en cuenta empresas que directamente donan cosas que ni siquiera tienen uso, eso para otra discusión).
Un proyecto de RSE mas serio y comprometido implica una actitud transversal a toda las actividades de la empresa atravesando todos los procesos ad intra y ad extra (relacion con los empleados, relacion con los proveedores, relacion con los clientes y relacion con la comunidad).
Dejo una frase de Peter Drucker, que da para pensar, en cuanto a lo que decis de debilitar la capacidad de produccion: "Es una futilidad argumentar, que una empresa sólo tiene una responsabilidad: los resultados económicos. Conseguir esos resultados es la primera responsabilidad de una empresa, y la que no obtiene unos beneficios por lo menos iguales al coste de capital es socialmente irresponsable; despilfarra los recursos de la sociedad. Pero el rendimiento económico no es la única responsabilidad de una empresa, como tampoco el rendimiento académico es la única responsabilidad de una escuela."
Me falto decir en el comentario anterior MUY BUENO EL BLOG:... acabo de descubrirlo... saludos!
Me gustó mucho este post :D Algunas empresas aún no se dan cuenta que la RSE debe ser una colaboración. La competitividad debe ser por tratar de hacer mejores proyectos que beneficen a una mayor cantidad de personas pero esto no implica descalificar o tratar de arruinar a "la competencia". La acción responsable de una empresa no logra el máximo impacto si anda preocupándose de cómo traer abajo a los otros para ser el número uno.
Felicitaciones por tu blog :)
Gracias a todos por sus comentarios, los cuales compartimos plenamente.
Al igual que ustedes, consideramos que se están dando cambios significativos en la forma de entender el verdadero papel y la importancia de la RSE, destacándose en particular la necesidad de adoptar una nueva visión estratégica de los modelos de negocios, dentro de un esquema integral de responsabilidades compartidas entre todos los actores que intervienen en ella, haciéndolos coincidir en el objetivo de convertir a la empresa en un motor de desarrollo sostenible, pero de una manera ética y socialmente responsable, sin priorizar el beneficio o la utilidad económica de la inversión sobre aspectos reprochables desde el punto de vista social, moral o medioambiental.
De allí nuestra insistencia en afirmar que un verdadero esquema de "integración social corporativa" debe estar basado en la suma de las partes, en el aprovechamiento de sinergias, en la conjunción de objetivos e intereses comunes. No existen actores "buenos" o "malos", ni de primera o de segunda categoría, ya que todos son necesarios para la construcción de una mejor sociedad, mucho más justa e inclusiva; por ello, es impensable un esquema de desarrollo económico y social basado en la división, en el antagonismo entre los actores o, lo que es peor aún, en la eliminación de los otros interlocutores.
Quisiera cerrar nuestra reflexión con una frase que ha inspirado por años la dedicación, el trabajo y el esfuerzo incansables de las organizaciones lasalianas basadas en la obra de San Juan Bautista de La Salle, que no ha sido otra que la integración de esfuerzos y la suma de las partes a las que aludimos: "Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, en lugares pequeños, pueden cambiar el mundo."
Saludos.
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