9 de noviembre de 2009

Estrategia y RSE: Una nueva visión de negocios



Durante nuestras clases de Planificación Estratégica han sido muchas, y muy enriquecedoras, las discusiones con nuestros estudiantes acerca de cual sería el modelo de negocios más adecuado para su adopción en las empresas contemporáneas, sobre todo en momentos de una gran incertidumbre en los mercados como consecuencia de la actual crisis financiera internacional, los desajustes estructurales del entorno global de negocios en el que nos desenvolvemos y, en especial, por la velocidad con la que ocurren los cambios en los patrones y hábitos de comportamiento del consumidor. El nuevo consumidor ha dejado de ser un sujeto pasivo para convertirse en un hiperusuario que actúa en muchas situaciones diferentes, innovador, que desea cosas nuevas permanentemente, que busca la satisfacción integral de sus necesidades pero de una manera personalizada, responsable y socialmente comprometida, manteniéndose actualizado en todo momento gracias a la utilización intensiva de las nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), lo que ha condicionado de una manera radical el comportamiento y la actitud de los gerentes, teniendo que enfrentar retos cada vez más exigentes.

Este nuevo enfoque en la manera de hacer negocios ha hecho replantear los esquemas tradicionales de gestión empresarial, propiciando la gerencia del cambio organizacional basada en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y el desarrollo sostenible, haciéndolos coincidir con el objetivo fundamental de convertir la empresa en un motor de desarrollo económico, pero de una manera ética y socialmente responsable, sin priorizar el beneficio o la utilidad económica de la inversión sobre aspectos reprochables desde un punto de vista social.

Frente a esta nueva realidad, se impone la necesidad de un manejo estratégico de las relaciones de la empresa con sus grupos de interés (stakeholders), propiciando un adecuado clima de confianza y la adopción de una cultura ética empresarial basada en valores universales como la honestidad, la transparencia, la comunicación, el diálogo y el fomento del desarrollo innovador y creativo. A nivel interno, los gerentes contemporáneos deben involucrarse totalmente con su gente y con su entorno, entendiendo que las relaciones humanas van mucho más allá de sólo hablar con los demás, es entender sus necesidades, es escuchar y brindar opciones bajo esquemas de motivación inteligente o de inteligencia emocional de nuestro Talento Humano.

Las empresas ya no rinden cuentas única y exclusivamente a sus accionistas, sino que deben tomar decisiones compartidas con todos los actores involucrados, actuando como empresas socialmente responsables y verdaderamente comprometidas con el desarrollo sostenible.


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