¿Sostenible o Sustentable?
Un mundo que exige integrar, no fragmentar
Hoy, los desafíos globales nos obligan a pensar de manera sistémica, no en partes aisladas. La sostenibilidad exige integrar las decisiones bajo una verdadera “visión compartida” para que la inversión social tenga sentido económico; que un modelo de negocio sea rentable y, a la vez, regenerativo, o que la innovación y la transformación no se midan solo por su impacto tecnológico, sino también por su impacto humano. De hecho, las tendencias internacionales lo confirman:
- La ONU, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsa una visión integral en donde las 17 metas se entrelazan para alcanzar un equilibrio entre personas, planeta y prosperidad.
- El Foro Económico Mundial insiste en que las empresas que sobrevivan en la próxima década serán las que logren alinear rentabilidad con impacto social y ambiental.
- La academia y la gestión corporativa moderna promueven las bases del “nuevo liderazgo sostenible”: aquel que entiende que no hay sostenibilidad económica sin justicia social, ni sostenibilidad social sin respeto ambiental.
CEO Apple


Comentarios
Ahora bien, ¿esto es algo reciente? ¿porqué ahora y no hace 1 o 2 siglos antes desde la revolución industrial? No tengo esas respuesta, solo intuir que algunos intereses estaban en juego en su momento como: la riqueza petrolera, el descubrimiento del poder del átomo y la creación de las centrales nucleares (y su materia prima el uranio) que también impactan al ambiente, pruebas atómicas y nucleares, la minería y lo más ambicioso de las grandes potencias económicas hoy en día, “Las Tierras Raras”, que su extracción y procesamiento es altamente contaminante pero su resultado es fundamental para los productos móviles que utilizamos diariamente.
Un dato curioso o mejor dicho un pequeño ejemplo que puede ilustrar el enfoque de Sostenibilidad y Sustentabilidad, en la localidad de un Departamento de Bomberos de Livermore, California en EEUU., existe una bombilla que tiene más de 100 años prendida sin interrupción. Me saltan muchas preguntas, ¿por qué no se siguió fabricando bombillas de ese tipo? ¿qué materiales lo componen? Con el pasar de los años y el avance de la tecnología porqué no se sigue esa premisa de bombillos de larga duración (por ejemplo, medida en décadas). ¿Hay otros ejemplos aparte de esta bombilla a destacar? Los celulares hoy en día, una vez que sale de fábrica ya tiene una obsolescencia programada que lo veo como un desperdicio masivo de recursos, aumenta la contaminación por desechos electrónicos (e-waste) y fomenta un ciclo de consumo insostenible, exactamente lo opuesto a lo que la bombilla de Livermore que accidentalmente representa.
En resumen, la sostenibilidad desafía el statu quo, cuestionando modelos de negocio (como la obsolescencia programada) e intereses económicos (como la extracción de recursos sin mitigación) que han dominado los últimos siglos. Requiere un rediseño fundamental de la prosperidad, alineándola con los límites del medio ambiente. Gobierno, empresas y sociedad deben estar alineados en un fin común y es no depredar al planeta.
Gracias por compartir este análisis tan completo y los ejemplos que ilustran tan bien la diferencia entre sostenibilidad y sustentabilidad en la práctica. Coincido plenamente en que estas palabras son simples, pero poderosas en su accionar, porque implican un cambio profundo en la manera en que empresas, gobiernos y comunidades interactuamos con el medio ambiente y los recursos.
Me encanta tu referencia a la bombilla de Livermore: es un símbolo perfecto de cómo la sostenibilidad puede inspirarnos a repensar la tecnología y el consumo. La obsolescencia programada, los residuos electrónicos y la extracción intensiva de recursos son justamente los desafíos que la sostenibilidad busca cuestionar y rediseñar, no solo por ética ambiental, sino por eficiencia y prosperidad a largo plazo.
Además, creo que este tipo de reflexiones nos recuerda que la sostenibilidad no es solo un concepto técnico o un conjunto de métricas; es un cambio de mentalidad y conducta que debe permear en todos los niveles: desde la política pública y la estrategia empresarial hasta nuestras decisiones diarias como ciudadanos y consumidores. Adoptar esta mirada integral permite que los esfuerzos individuales y colectivos se complementen, creando un verdadero impacto positivo y duradero para las generaciones presentes y futuras.